oración vocacional

                               ... con vosotros desde 2005


POEMAS MISIÓN

BELLEZA

Luís Eduardo Aute

 

 Enemigo de la guerra
y su reverso, la medalla,
no propuse otra batalla
que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra
bajo el peso de una historia
que iba a alzar hasta la gloria
el poder de la razón.

 

 Y ahora que ya no hay trincheras
el combate es la escalera,
y el que trepe a lo más alto
pondrá a salvo su cabeza
aunque se hunda en el asfalto
la belleza, la belleza, la belleza,

la belleza, la belleza.

 

 Míralos como reptiles
al acecho de la presa
negociando en cada mesa
maquillajes de ocasión.
Siguen todos los raíles
que conduzcan a la cumbre,
locos porque nos deslumbre
su parásita ambición.

 

 Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta
mercaderes, traficantes,
más que nausea dan tristeza
no rozaron ni un instante
la belleza, la belleza, la belleza,
la belleza,  la belleza.

 

 Y me hablaron de futuros
fraternales, solidarios,
donde todo lo falsario
acabaría en el pilón.

 Y ahora que se cae el muro,
ya no somos tan iguales,
tanto vendes, tanto vales
¡Viva la revolución!

 

 Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo.
Ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza, la belleza, la belleza,
la belleza, la belleza.


EN PAZ

Amado Nervo

 

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.


...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!



PIENSA TAMBIÉN CON LOS PIES
Pedro Casaldáliga

Piensa también
con los pies
sobre el camino
cansado
por tantos pies caminantes.


Piensa también, sobre todo,
con el corazón
abierto
a todos los corazones
que laten igual que el tuyo,
como hermanos,
peregrinos,
heridos también de vida,
heridos quizá de muerte.


Piensa vital, conviviente
conflictivamente hermano,
tiernamente compañero.



LA VIDA EN LAS TRINCHERAS

Manuel Francisco Reina

Para Guadalupe Grande


                  La risa es tan sólo una trinchera.
Una de esas zanjas, improvisadas,
donde aguardamos juntos el momento
de saltarle al cuello a la injusticia.
Hay otras zanjas, sí: la poesía.
Ese espacio habitado en el vacío,
que tinta de emociones la blancura
más helada e inhóspita del silencio.
O la alegría; esa enorme chispa
que sin remedio prende en nosotros,
y anida inquieta como los gorriones
que rompen el aire con su gran ruido.


                  La risa es tan sólo una trinchera.
Es como un refugio abierto en la cara
a la esperanza de todo el mundo.
Es como una bandera sin más bandos
que reunirnos en la risa de otros.
Es como una cueva de maravillas
donde los niños llevan su inocencia,
sin saber que ésta es oro incalculable,
joya que brillará en sus recuerdos.
Pero así, y sin grandes estrategias,
la risa nos cumple su labor de salvaguarda,
y nos mantiene vivos en tiempo de metralla,
en horas del hastío más oscuro.


                  La risa es tan sólo una trinchera,
pero es un surco roto por la vida,
latente de impaciencia por lo bueno
que espera su señal para el asalto.



LO QUE NOS SALVA

José Ramón Romo

 

Lo que nos salva es el amor.

No tengo duda alguna.

 

Lo que nos salva es la gratitud

cuando has subido y bajado

varias veces a Monte Perdido.

 

Lo que nos salva

es el camino de Santiago

o el camino a Lisboa.

Aunque no sabemos

si los tragos de soledad

nos dejarán escuchar

la última de Hakuna

que me habla

de los dedos piadosos

de mi Padre, Dios.

 

Lo que nos salva

es que no nos salvamos solos.




SOY LA LÍNEA DE UN SARI

Mahatma Ghandi


Soy la línea firme de un sari,
el candil que ilumina a los espíritus callados,
la fe que la conciencia esparce entre los lirios.
 
Fui destino de ley, mansedumbre, al fin,
catálogo de espigas rotas en mi nombre.
 
¿Qué huella deja un ser que vive de rodillas en el tumulto árido?
 
El sur, la verdad del colibrí en mis hombros,
el alfanje del suburbio, esta piel aceitunada
que se hinca como una flor sin alma.
 
Alcémonos con las alas del sueño,
seamos los príncipes del silencio,
pero hostiles igual que un pétalo de piedra
que nadie podrá mover.
 
Es la unión el eje de la verdad,
nuestra sed reclama un orgullo de milenios,
lunas encendidas, pasión mística
que se encumbra como una rueca de oro,
gira su óbolo, imparable el aliento de la vida.
 
Venid, hermanos que clamáis,
cascabeles que no cesan de bullir,
venid con la sal del odio que ya es azúcar en los labios,
mudez de ojos grandes, inamovible cintura de un pueblo.
 
Este país aún es virgen, pero crecerán sus mármoles
con un lenguaje antiguo, no el impostado,
acacias e higueras manarán del luto,
no como la blanda raíz que amarillea en la piel albina,
nunca más como un látigo real sobre la certidumbre del destino.
 
Nada quiero que no pueda irse sin mí,
paz y un brote de nenúfar en el lago de la eternidad.
 
Que hablen los niños con su voz de futuro.




VIVE

Charles Chaplin


Ya perdoné errores casi imperdonables.

Trate de sustituir personas insustituibles,

de olvidar personas inolvidables.

Ya hice cosas por impulso.

Ya me decepcioné con algunas personas,

mas también yo decepcioné a alguien.


Ya abracé para proteger.

Ya me reí cuando no podía.

Ya hice amigos eternos.

Ya amé y fui amado, pero también fui rechazado.

Ya fui amado y no supe amar.

Ya grité y salté de felicidad.

Ya viví de amor e hice juramentos eternos,

pero también los he roto y muchos.


Ya lloré escuchando música y viendo fotos.

Ya llamé sólo para escuchar una voz.

Ya me enamoré por una sonrisa.

Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y…

Tuve miedo de perder a alguien especial

y terminé perdiéndolo

¡pero sobreviví!

¡y todavía vivo!


No paso por la vida

y tú tampoco deberías sólo pasar… ¡Vive!

Bueno es ir a la lucha con determinación

abrazar la vida y vivir con pasión.

Perder con clase y vencer con osadía,

porque el mundo pertenece a quien se atreve

y la vida es mucho más para ser insignificante.




NO ANHELAMOS

Pedro Casaldáliga

 

No anhelamos comer la fruta vana.
Hijos de barro y libertad, nosotros,
en la común desolación humana,
no queremos ser dioses, sino otros.

 

Queremos ser y hacer hijos y hermanos
sobre la tierra madre compartida,
sin lucros y sin deudas en las manos,
sueltos los ríos claros de la vida.

 

Libres de querubines y de espadas,
queremos conjugar nuestras miradas,
todos iguales en el nuevo edén.

 

Y en los silencios de la tarde honda
sentir Tu paso amigo por la fronda
y el aire de Tu boca en nuestra sien.


NO TE DETENGAS

Walt Whitman


No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
Emito mis alaridos por los techos de este mundo,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros
poetas muertos,
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
los
poetas vivos.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.




SAETERO
 
Ezequías Blanco
 
DAR en el blanco de los nombres
es tu oficio. Repasar la cuerda con el dedo
mojado varias veces.
Guiñar el ojo de la inteligencia.
Tener dominio de la respiración
y del pulso. Tensar el arco
saetero. Contener
la emoción de las flechas y sus nervios...
A lo que fue incontable dar sentido.
Rescatar la memoria de lo que fue olvidado
para si dices rosa que gotee
si sangre que dé luz
si oscuridad que resplandezca.


HUÉRFANOS DE AMOR
Víctor Córdoba Herrero


Pido sentir los latidos del mar
y en su vivo perfume amanecer,
para ser brisa de amor en el ser
y paz en las ciegas noches cantar.
 
Ni el odio, ni la fuerza, han de pasar;
ni bombas, ni balas deseo ver;
los arsenales han de fenecer,
para que la vida vuelva a triunfar.
 
Sólo el albor es salve para el alma,
armónica armonía que nos revive,
en la sombra sombrosa de la calma.
 
En la calma se colma el alma, y vive
donándose, como luna en la palma
del cielo y como sol que amor recibe.




EL AMOR ESTÁ EN LO QUE TENDEMOS...

José Ángel Valente


El amor está en lo que tendemos

(puentes, palabras ).


El amor está en todo lo que izamos

(risas, banderas).


Y en lo que combatimos

(noche, vacío)

por verdadero amor.


El amor está en cuanto levantamos

(torres, promesas).


En cuanto recogemos y sembramos

(hijos, futuro).


Y en las ruinas de lo que abatimos

(desposesión, mentira)

por verdadero amor.


HAMBRE

         Peter Scütt


A veces tengo

hambre

nada más que

de una palabra amable,

una palabra contra el frío,

contra el miedo,

una sola palabra

para calentarme

y para respirar,

una palabra sin peso de plomo,

cargada solamente

con un grano de paz,

para que no eche

enseguida a volar.


CAMINO BLANCO, VIEJO CAMINO

Rosalía de Castro


Camino blanco, viejo camino,

desigual, pedregoso y estrecho,

donde el eco apacible resuena

del arroyo que pasa bullendo,

y en donde detiene su vuelo inconstante,

o el paso ligero,

de la fruta que brota en las zarzas

buscando el sabroso y agreste alimento,

el gorrión adusto,

los niños hambrientos,

las cabras monteses

y el perro sin dueño...

Blanca senda, camino olvidado,

¡bullicioso y alegre otro tiempo!,

del que solo y a pie de la vida

va andando su larga jornada, más bello

y agradable a los ojos pareces

cuanto más solitario y más yermo.

Que al cruzar por la ruta espaciosa

donde lucen sus trenes soberbios

los dichosos del mundo, descalzo,

sudoroso y de polvo cubierto,

¡qué extrañeza y profundo desvío

infunde en las almas el pobre viajero!




CONTACTO EXTERNO

Vicente Huidobro


Mis ojos de plaza pública

Mis ojos de silencio y de desierto

El dulce tumulto interno

La soledad que se despierta

Cuando el perfume se separa de las flores y emprende el viaje

Y el río del alma largo largo

Que no dice más ni tiempo ni espacio


Un día vendrá ha venido ya

La selva forma una sustancia prodigiosa

La luna tose

El mar desciende de su coche

Un jour viendra est déjà venu

Y Yo no digo más ni primavera ni invierno


Hay que saltar del corazón al mundo

Hay que construir un poco de infinito para el hombre


LLEVO UN GRITO

Juan José Alcolea


Llevo un grito de amor calladamente,

calladamente alzado por mi vena,

Llevo un grito de amor que me resuena

bscando mi garganta ansiadamente.


Llevo un grito de amor que es una fuente

que va con su insistente cantilena

sonando en mi extensión y que me llena

de ruido el corazón hasta la frente.


Lleva tanto rumor la sangre mía

en este cuerpo angosto en que resido

que el grito ya es clamor que me extravía.


Cual brisa enamorada, en un latido

de dulce susurrar y de armonía

quisiera despertarme en el olvido.





DESPERTAR VOCACIONES

Gloria Fuertes


Yo quiero despertar vocaciones para que la gente se haga voluntaria.

Ser voluntario es ser profundamente humano.


Ser voluntario es acudir a la calle, a la casa, a la cárcel,

al barrio del pueblo donde hay un ser que sufre.

Ser voluntario es entrar en el corazón de los que lo pasan mal.


Cuando el voluntario visita a alguno que está solo, le cura la soledad.

Cuando le habla, le ayuda, le escucha y le acompaña:

el solitario mejora su soledad,

que es junto con otras, la enfermedad de los ancianos.


El voluntario trabaja gratis, no gana nada.

Yo no quiero negarlo, pero el voluntario gana muchísimo.

Gana el placer de ser útil, la sonrisa de un anciano o de un enfermo,

el abrazo de un niño sin padres, la amistad de un paralítico

y el afecto y la amistad de un preso.


El voluntario sabe que el camino de su vocación,

escogida libremente, es ir donde vive el dolor.

El dolor físico ó psíquico le espera

y tiene que ir lleno de ilusión, alegría, comprensión y amor,

tesoros espirituales que si no se tienen no se pueden dar.

El dolor puede ser destruido por el amor, no sólo por la farmacia.

Hacerse voluntario es también salvarse del aburrimiento,

salvarse de la vulgaridad, de la rutina, del materialismo.

Y os hace sentiros útiles, solidarios, amables, importantes,

«medicina» que cure al de la «historia».


Os pido que contagiéis este «virus» de bondad que tenéis

a vuestros amigos y amigas, para que ellos también sean nuevos voluntarios.


Más que un gran premio de la lotería,

más que un premio Nobel de lo que sea,

es lo que recibe el voluntario cada noche cuando se va a dormir;

es lo que recibe el voluntario que durante unas horas al día

ha alegrado a una persona triste, ha hecho sonreír a un enfermo,

ha paseado en su silla de ruedas a una persona que no puede valerse.


El premio del voluntariado es que pasa a ser un artista.

El voluntario no ha pintado un cuadro, no ha hecho una escultura,

no ha creado una música, no ha escrito un poema,

pero ha hecho una obra de arte con sus horas libres.


Todavía hay milagros, milagros demostrables, que los hacen, que los hacéis.

Y los harán los nuevos voluntarios.




¿QUE LES QUEDA A LOS JÓVENES?

Mario Benedetti


¿Qué les queda por probar a los jóvenes

en este mundo de paciencia y asco?

¿sólo grafiti? ¿rock? ¿escepticismo?

También les queda no decir amén,

no dejar que les maten el amor,

recuperar el habla y la utopía,

ser jóvenes sin prisa y con memoria,

situarse en una historia que es la suya,

no convertirse en viejos prematuros.


¿Qué les queda por probar a los jóvenes

en este mundo de rutina y ruina?

¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?

Les queda respirar, abrir los ojos,

descubrir las raíces del horror,

inventar paz así sea a ponchazos,

entenderse con la naturaleza,

y con la lluvia y los relámpagos

y con el sentimiento y con la muerte

esa loca de atar y desatar.


¿Qué les queda por probar a los jóvenes

en este mundo de consumo y humo?

¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?

También les queda discutir con dios,

tanto si existe como si no existe.

tender manos que ayudan, abrir puertas

entre el corazón propio y el ajeno,

sobre todo les queda hacer futuro

a pesar de los ruines del pasado

y los sabios granujas del presente.


HACIA EL FINAL

Jorge Guillén


Llegamos al final,

a la etapa final de una existencia.


¿Habrá un fin a mi amor, a mis afectos?

Sólo concluirán

bajo el tajante golpe decisivo.


¿Habrá un fin al saber?

Nunca, nunca. Se está siempre al principio

de una curiosidad inextinguible

frente a infinita vida.


¿Habrá un fin a la obra?

Por supuesto.

Y si aspira a unidad,

por la propia exigencia del conjunto.

¿Destino?

No, mejor: la vocación

más íntima.


PARA PONERLE NOMBRE

Juan José Alcolea


Para ponerle nombre

a lo que el corazón me grita

esa inaccesible pulsación de sombra

ese oscuro batir del sentimiento

para robar palabras que sólo escucha el aire

para alumbrar auroras que rompan sobre el tedio

para que

herida ronca que al callar supura

sepáis del hombre que en mí derrama el tiempo



COMO LA SAL

                 Emma-Margarita R.A. Valdés

 

Como la sal aguada mi hice sosa

y no entregué el amor que recibí.

Como la luz nublada no alumbré

el camino de fe que lleva a Ti.

Como la levadura caducada

no elevé el corazón y me perdí.

 

Como sal alegraste mi existencia

con la esperanza en una nueva vida.

Como luz esplendente en noche oscura

alumbraste mi fe, fría, perdida.

Como la levadura me encumbraste

y sentí tu alma en mi alma entretejida.

 

Quiero darte lo que de mí deseas,

hazme ser sal, ser luz, ser levadura

para un mundo que olvida su destino.

Que mi alma sea bulliciosa y pura.

Quiero ser esa estrella, que en la noche,

con destellos de fe por Ti fulgura.

Quiero fortalecer mi débil fuerza

con el pan de tu amor y tu ternura.



VOY A PASAR LA VIDA

Pedro Casaldáliga

 

Voy a pasar la vida
más o menos inútil,
más o menos poeta.
No habré sido magnate ni gerente de lucros,
ni albañil o mecánico.
Habré plantado unos contados árboles
y habré escrito unos libros, muchas cartas,
hojas hijos al viento.

 

Procura que la Gracia y la Ternura
llenen de vino nuevo …
tu ánfora de barro.
Dios mide a su manera la eficacia.
Ama a todos los hijos de los hombres.
Di tus palabras como las semillas
que mueren pero brotan.
Haz de tu corazón
un ambulante hogar desatrancado,
una lona de circo bullanguero.
Deja las digitales de tus pies peregrinos
como besos en llama solidaria
sobre la carne de la Madre Tierra.
Posa tus ojos, tibios ya de ocaso,
como lumbres de aceite, acurrucadas
en la vigilia universal del Tiempo.



ORACIÓN DEL DISCÍPULO

Bejamín Forcano

 

Aquí estoy, Señor,

tal como Tú me has hecho,

tratando de descubrir en el día a día,

el sentido que tu voluntad ha impreso a mi vida.

 

En ese caminar propio me sobreañades

la vida de Jesús, que me ayuda,

marcando mojones en el camino.

Soy uno entre tantos,

hermano universal de todos,

igual que todos,

servidor de todos,

superservidor en todo caso

de los más pobres.

 

Mi ser es amor,

verificable en el amor al prójimo,

vicario tuyo.

 

Sé que estás en todos, creyentes o no,

y a nadie exiges más de lo que es.

No me queda sino trabajar,

pacífica y amorosamente,

en todo lugar,

pues tu Reino allí está y crece,

donde está cualquier persona.

Tu Palabra llega a todos los hombres,

cómo sólo Tú sabes.

 

Mi misión evangelizadora es ser yo,

interconectado en todos y con todo,

abarcando la totalidad de tu Reino.

Estaré a la escucha,

en respeto y comprensión,

sin estorbar,

sin discriminar,

sin imponer,

sin lamentarme,

sin enfatuarme,

acechando el reverbero de tu amor,

que de todos sale y a todos llega.

 

Seré feliz, cuando en todos me vea feliz,

en esa familia tuya universal,

sustentadora de todo amor.

Voy a seguirte como María,

hermana de humanidad y madre universal.

 

Seré feliz, si acierto a hacer creíble tu presencia ,

en la entrañable casa de la Tierra

imperecedera luego en la Casa del cielo.


ME QUEDA LA PALABRA

Blas de Otero


Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
 
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
 
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.



LO SABEMOS

León Felipe

 

Sabemos que no hay tierra
ni estrellas prometidas.
Lo sabemos, Señor, lo sabemos
y seguimos contigo trabajando.
Sabemos que mil veces y mil veces
pararemos de nuevo nuestro carro
y que mil y mil veces en la tierra
alzaremos de nuevo
nuestro viejo tinglado.
Sabemos que por ello no tendremos
ni ración ni salario.
Lo sabemos, Señor, lo sabemos
y seguimos contigo trabajando.
 
Y sabemos
que sobre este tinglado
hemos de hacer mil veces y mil veces todavía
el mismo viejo truco bufo-trágico
sin elogios
ni aplausos.
Lo sabemos, Señor, lo sabemos
y seguimos contigo trabajando...



LOS NADIES

Eduardo Galeano

 

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadie con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadie la llamen, aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadie: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.

Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la
prensa local.
Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata.



MAESTRA RURAL

 Gabriela Mistral

 

 La maestra era pura. Los suaves hortelanos,
decía, de este predio, que es predio de Jesús,
han de conservar puros los ojos y las manos,
guardar claros sus óleos, para dar clara luz.


La maestra era pobre. Su reino no es humano.
(Así en el doloroso sembrador de Israel).
Vestía sayas pardas, no enjoyaba su mano
¡y era todo su espíritu un inmenso joyel!


La maestra era alegre. ¡Pobre mujer herida!
Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad.
Por sobre la sandalia rota y enrojecida,
era ella la insigne flor de su santidad.


¡Dulce ser! En su río de mieles, caudaloso,
largamente abrevaba sus tigres el dolor.
Los hierros que le abrieron el pecho generoso
¡más anchas le dejaron las cuencas del amor!


¡Oh labriego, cuyo hijo de su labio aprendía
el himno y la plegaria, nunca viste el fulgor
del lucero cautivo que en sus carnes ardía:
pasaste sin besar su corazón en flor!


Campesina, ¿recuerdas que alguna vez prendiste
su nombre a un comentario brutal o baladí?
Cien veces la miraste, ninguna vez la viste
¡y en el solar de tu hijo, de ella hay más que de ti!

 

  Pasó por él su fina, su delicada esteva,
abriendo surcos donde alojar perfección.
La albada de virtudes de que lento se nieva
es suya. Campesina, ¿no le pides perdón?

 

 Daba sombra por una selva su encina hendida
el día en que la muerte la convidó a partir.
Pensando en que su madre la esperaba dormida,
a La de Ojos Profundos se dio sin resistir.


Y en su Dios se ha dormido, como en cojín de luna;
almohada de sus sienes, una constelación;
canta el Padre para ella sus canciones de cuna
¡y la paz llueve largo sobre su corazón!

 

 Como un henchido vaso, traía el alma hecha
para dar ambrosía de toda eternidad;
y era su vida humana la dilatada brecha
que suele abrirse el Padre para echar claridad.


Por eso aún el polvo de sus huesos sustenta
púrpura de rosales de violento llamear.
¡Y el cuidador de tumbas, como aroma, me cuenta,
las plantas del que huella sus h
uesos, al pasar!


         EL PLACER DE SERVIR

Gabriela Mistral


     Toda naturaleza es un anhelo de servicio.

     Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.

     Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;

     Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;

     Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.

     Sé el que aparta la piedra del camino,

     El odio entre los corazones y las dificultades del problema.


     Hay una alegría del ser sano y la de ser justo, pero hay,

     sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.

     Qué triste sería el mundo si todo estuviera hecho,

     si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.

     Que no te atraigan solamente los trabajos fáciles,

     ¡Es tan bello hacer lo que otros rechazan!

     Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito

     con los grandes trabajos; hay pequeños servicios

     que son buenos servicios: ordenar una mesa,

     ordenar unos libros, peinar una niña.


     Aquel que critica, éste es el que destruye, tu sé el que sirve.

     El servir no es faena de seres sumisos

     Dios que da el fruto y la luz, sirve.

     Pudiera llamarse así: "El que Sirve".


     Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos

     y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién?

     ¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?



   DEJAD QUE OS COJA LA MANO

 Juan José Alcolea

 

Dejad que os coja la mano
que mi piel con vuestra piel
descanse de su cansancio.
 
Dejadme que de la miel
del dulce calor humano
me sacie de tanta sed
y dejadme, terminando,
que peregrine después.
 
Hay manos que están buscando
 
el calor que yo les dé.


   CARA A CARA

Pedro Salinas


Cara a cara te miro,

destino. Yo te entiendo.

Ya no eres tú, ya eres,

igual que yo, yo mismo.

¡Qué de años estuvimos

tú por tu lado, yo

aparte, tan perdidos!


Como el aire y la lona

antes de desposarse,

ajenos, parecíamos

dos quereres distintos.

Pero en un día azul,

cuando el mar se alboroza

en delicias innúmeras

de espumas o de conchas

se comprende por fin

que el viento es el destino

único de la vela,

que la vela no tiene

otra suerte que el viento.


Ya no habrá tierras lejos:

las alcanzan las quillas

por gracia de las bodas

con que ahora las coronan

las rachas y la tela.

Vivir es una larga

promesa de promesas.




  Dichoso el que un día sale humilde
  y se va por la calle, como tantos
  días más de su vida, y no lo espera
  y, de pronto, ¿qué es esto?, mira a lo alto
  y ve, pone el oído al mundo y oye,
  anda, y siente subirle entre los pasos
  el amor de la tierra, y sigue, y abre
  su taller verdadero, y en sus manos
  brilla limpio su oficio, y nos lo entrega
  de corazón porque ama, y va al trabajo
  temblando como un niño que comulga
  mas sin caber en el pellejo, y cuando
  se ha dado cuenta al fin de lo sencillo
  que ha sido todo, ya el jornal ganado,
  vuelve a su casa alegre y siente que alguien
  empuña su aldabón, y no es en vano.

                                                                                      Claudio Rodríguez



¡SEMBRAD!


Sor Cristina de la Cruz OSH


 Sin saber quien recoge, sembrad,
 serenos, sin prisas,
 las buenas palabras, acciones, sonrisas...
 que se lleven la siembra las brisas.

 

 Con un gesto que ahuyenta el temor
abarcad la tierra,
en ella se encierra
la gran esperanza para el sembrador.
¡Abarcad la tierra!


 No os importe no ver germinar
el don de alegría;
sin melancolía
dejad al capricho del viento volar
la siembra de un día.

 

 Las espigas dobles romperán después.
 Yo abriré la mano
 para echar mi grano
 como una armoniosa promesa de mies
 en el surco humano.



DE AMOR Y DE PALABRA

                                                         

 Juan José Alcolea


 De amor y de palabra me recibo,
 de amor y de palabra voy urgente
 sembrando la ilusión en que me vivo.
 De amor y de palabra oscuramente.

 

 De amor y de palabra llevo activo
el eco de mi voz y mi simiente,
de amor y de palabra es lo que escribo
y va mi corazón de carga ingente.


 

 Si alguno me encontráis en la espesura
 del bosque del futuro en que me ausente
 cerrad de cielo azul mi sepultura.

 Quisiera descansar pausadamente
 en esta larga y leve singladura
 soñándome en palabra eternamente.

 


MISIONEROS

         Himno del breviario

 

Dichosos los que oísteis la llamada

al pleno seguimiento del Maestro,

dichosos cuando puso su mirada

y os quiso para amigo y compañero.

 

Dichosos si abrazasteis la pobreza

para llenar de Dios vuestras alforjas,

para seguirle a él con fortaleza,

con gozo y con amor a todas horas.

 

Dichosos mensajeros de verdades,

marchando por caminos de la tierra,

predicando bondad contra maldades,

pregonando la paz contra las guerras.

 

Dichosos, del perdón dispensadores,

dichosos, de los tristes el consuelo,

dichosos, de los hombres servidores,

dichosos, herederos de los cielos.


EDUCAR

Gabriel Celaya

 

Educar es lo mismo que poner motor a una barca...
hay que medir, pesar, equilibrar...
...y poner todo en marcha.
 
Para eso, uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino... un poco de pirata... un poco de poeta...
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
 
Pero es consolador soñar mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño irá muy lejos por el agua.
 

Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras
hacia los puertos distantes, hacia islas lejanas.
 
Soñar que cuando un día esté durmiendo
nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera
enarbolada.


LA SEMENTERA

Meditación al amanecer

José Mª Pemán

 

Ya es tiempo de sementera,

y en los surcos de la arada

se escucha ya la tonada,

que ayer se escuchó en la era.

 

Y ya va el gañán a arar

las tierras de sementera,

con la mano en la macera

y en los labios un cantar.

 

Tierra pródiga y jugosa

de mi fértil heredad,

en esta mañana hermosa,

me has dado una generosa

lección de fecundidad.

 

Toda la tierra está henchida

de preñez de sementera

¿y yo he de hacer de mi vida,

rama estéril y podrida

digna solo de la hoguera?.

 

La vida que no florece,

y ni fecunda, ni crece,

es vida que no merece

el santo nombre de vida.

 

Mas no temáis a la vida,

que si la cumbre es erguida

y es pedregoso el atajo,

el cariño y el trabajo,

hacen dulce la subida.

 

Que este anhelo de poesía

que busco yo y no se harta,

jamás de luz y armonía

Dios se la dio al alma mía

para que yo la reparta.

 

Por eso busco los modos,

de cantar en mis poesías,

pasiones que siendo mías

son las pasiones de todos.

 

Y quisiera conseguir,

hacer a todos sentir

un mismo anhelo infinito,

y ante mis versos oír

a cada uno decir:

eso lo hubiera yo escrito

si yo supiera escribir.

 

Quiero hacer bien en mi vida

para sentir en mi pecho

esa dulzura escondida

que engendra la indefinida

satisfacción del bien hecho.

 

Que es verdad que, aunque hay quien

nunca logrará entenderlo,

hay un goce en hacer el bien

por solo el goce de hacerlo.

 

Y es que al que siembra este suelo

de rosales, de poesía,

de esperanza, de alegría,

de fortaleza y consuelo,

y el que da a sus hermanos

rosa de consejos sanos,

y palabras bondadosas...

¡Siempre le queda en las manos

algún perfume de rosas!

 

Siento en mi pecho bullir

ansias de amar con fervor...

¡que quien no derrocha amor

no sabe lo que es vivir!.

 

Compartir quiero mis días

con otras almas hermanas

y partir mis alegrías

que, en lo que tienen de humanas

son tan suyas como mías.

 

Abrir a todos mis brazos

y consolar sus pesares,

y entre rimas y cantares

darles mi vida a pedazos.

 

Y al fin rendido quisiera

poder decir cuando muera:

Señor, yo no traigo nada

de cuanto tu amor me diera

¡todo lo dejé en la arada

en tiempos de sementera!.

 

Allí sembré mis ardores

vuelve tus ojos allí,

que allí he dejado unas flores

de consejos y de amores...

¡ellas te hablarán de mí!.

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