AUTOR

VOCACIÓN, ESTALLIDO DE LA LUZ DE DIOS EN LA PROPIA VIDA

Al sexto mes, envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret.

a una joven prometida a un hombre llamado José, de la estirpe de David;

el nombre de la joven era María.

El ángel entró donde estaba María y le dijo:

- Dios te salva, llena de gracia, el Señor está contigo.

La vocación es una explosión de la luz en la vida personal. Así nos lo muestra el Greco en este cuadro de la Anunciación. El centro del cuadro es la llamarada y traslúcida de la que sale una paloma. Aquí el Espíritu Santo es representado de estas dos formas: paloma y llamarada de fuego blanco.

María nos enseña a convivir con esa explosión de luz. Mira a los ojos del ángel entre la sorpresa y la visión abandonada. Su mano izquierda se apoya en el reclinatorio. Es la mano que se apoya en la oración, en el esfuerzo de levantarse ante la visita inesperada. La mano derecha se abre ante el mensajero en un saludo tímido y acogedor. Así la vida vocacional se desarrolla en la práctica del esfuerzo personal y la gracia que nos visita y nos sorprende cada día. El pintor ha iluminado el vestido de la Virgen María en un concierto de calidades desde el rosado más tenue al cárdeno más oscuro. Vestido de martirio en su inicio. Y velo azul celeste que al levantarse cae sobre sus hombros.

El mensajero camina sobre el aire de la estancia; piso de capilla, rombos blancos y negros; el rostro de un joven con la  mirada fija y sorprendida, ¿quién es ella que recibe tal mensaje? La mano abierta y entregando, parece que un soplo del ángel será el encargado de entregar el mensaje de vida que reposa en la mano. Y es que Dios se llena de ternura cuando acercándose al ser humano le entrega vida y misión. Gabriel va vestido con una túnica blanca que asoma en su pecho y en sus brazos y manos desnudas y en un manto de oro que se descuelga y se arruga por efecto del viaje en el vuelo.

Los destellos de la explosión de luz y vida se esparcen por todo el cuadro contrastando con las zonas oscuras de la habitación. Las alas del ángel, las nubes y todo el cielo resplandece. Dios impregna en el rostro de los llamados la luz de su amor que todo lo restaura.

Arriba en el cielo, Fe, Esperanza y Caridad acuden como madrinas de esta concepción virginal, es la vida de la gracia que se hace plena en María, siempre Virgen. Y con ellas la prudencia y la templanza que resplandecen en la Anunciación. Son los modelos del recibir y realizar la vocación.

DESCRIPCIÓN DEL CUADRO

Ficha Técnica

Anunciación, 1609-1614 
Óleo sobre lienzo, 330 x 211 cm

Fundación Santander. Madrid.

Obra de El Greco.

Este grandioso lienzo, casi tres metros de alto (en su estado actual) por algo más de dos de ancho, fue encargado en 1608 al artista para el Hospital de San Juan Bautista de Toledo -llamado usualmente de Tavera-, y puede considerarse como una de las últimas obras de El Greco. La pieza sufrió en fecha desconocida la mutilación de su parte superior. Esta parte, una serie de ángeles músicos, se encuentra en la Galería Nacional de Atenas desde 1931.

El Greco ha pintado, al menos en doce ocasiones más este misterio (catálogo en catolicos.org) de la Anunciación. La primera vez, una vez llegado a Venecia, aparece en el tríptico de Módena (1568).

Tras la restauración del lienzo recientemente, se ha evidenciado la técnica audacísima del pintor, que utiliza el pincel con una extrema libertad y recurre al uso de unas pinceladas negras que siluetean algunas formas y limitan perfiles y campos de color, dando al lienzo, visto de lejos, una extraña y luminosa sensación de vidriera, que desaparece al observarlo de cerca. La vibración del golpe del pincel y la prodigiosa utilización de la preparación rojiza, al descubierto en muchos lugares, obtiene efectos de transparencia y volumen. La intervención de su hijo, Jorge Manuel, hubo de ser intensa en la parte baja, que no tendría, al morir El Greco, sino la capa de preparación.

En esta versión, la Virgen, de proporciones alargadísimas, aparece en el momento de alzarse, sorprendida por la aparición del arcángel.

Esta presentación de la Virgen en la Anunciación, rodeada de las virtudes, expone la teología católica del concilio de Trento para quien junto a la gracia de Dios (Anunciación) el ser humano ha de disponerse con la práctica de las virtudes a acoger la gracia, por más que ese esfuerzo no significa conquistar mérito alguno.

Sala de arte, grupo SANTANDER, http://contenidos.universia.es/especiales/sala-arte/mejores-obras/greco/index.htm y fuentes propias.